La mala calidad del aire en las escuelas y cómo pueden ayudar los profesionales de la construcción


09/07/2024

Lamentablemente, el 50 % de las escuelas tienen problemas de IAQ (calidad del aire interior) (American Lung Association). Esto implica que la mitad de nuestros hijos respiran aire de mala calidad hasta 1,000 horas cada año escolar. Esto es inaceptable.

Los cuerpos en desarrollo de los niños son más vulnerables a las exposiciones ambientales que los de los adultos. Esto se debe a que los niños respiran más aire, comen más alimentos y beben más líquido en relación con su peso corporal que los adultos (EPA). Por este motivo, es fundamental que los profesionales de la construcción prioricen la IAQ en el diseño, la renovación o el mantenimiento de edificios escolares.

¿Cómo repercute la mala IAQ en los estudiantes?

La mala IAQ puede dar lugar a diversos problemas de salud para los estudiantes y el personal; entre ellos, dolores de cabeza, fatiga, falta de aire, congestión nasal, tos, estornudos, mareos, náuseas e irritación de los ojos, la nariz, la garganta y la piel (EPA). El asma, la principal causa de ausentismo escolar debido a enfermedades crónicas, a menudo se ve agravada por el aire interior de mala calidad, con lo que cada año se pierden unos 10 millones de días de clase (NIH). Mejorar la IAQ es una vía directa para mejorar la salud y los resultados educativos de los estudiantes.

No solo repercute en la salud. La EPA indica que una IAQ deficiente puede tener un efecto negativo en las funciones cognitivas de los estudiantes y reducir su capacidad para enfocarse en las tareas y aprender bien. La OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional) indica que la mala calidad del aire interior está vinculada a tasas más altas de ausentismo y una disminución general en los logros académicos.

Además, una mala IAQ puede aumentar las probabilidades de cierres de escuelas o reubicación de ocupantes; tensar las relaciones entre la administración escolar, los padres y el personal; suscitar publicidad negativa; menoscabar la confianza de la comunidad; y acarrear problemas de responsabilidad civil (EPA).

Factores que contribuyen a una mala IAQ

La infraestructura obsoleta de nuestro sistema de escuelas públicas es una de las principales causas de la IAQ en las escuelas. Según el NCES (Centro Nacional de Estadísticas Educativas), el edificio escolar promedio tiene una antigüedad de 49 años. En 2017, la ASCE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles) otorgó a las escuelas públicas de los EE. UU. un D+ en su informe de infraestructura. Los resultados indicaron que la financiación anual para mantener los edificios escolares tiene un déficit de aproximadamente $38,000 millones.

Varios factores contribuyen a una mala IAQ en las escuelas, por ejemplo:

  • Ventilación inadecuada
  • Materiales de construcción, muebles y productos de limpieza que liberan compuestos orgánicos volátiles (COV)
  • Daño por humedad, moho y agua
  • Sistemas de climatización mal mantenidos
  • Contaminantes exteriores
  • Escape de vehículos de automóviles y autobuses escolares en ralentí

Además, los edificios escolares más antiguos pueden tener amianto, plomo u otros materiales dañinos que pueden degradar la calidad del aire (EPA).

Estrategias para mejorar la IAQ en las escuelas

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Los profesionales de la construcción pueden ejercer una labor fundamental en la mejora de la IAQ eligiendo productos que emitan bajos niveles de compuestos orgánicos volátiles (COV) y no tengan formaldehído. Los productos con certificación GREENGUARD y CERTIFICACIÓN asthma & allergy friendly®, como el aislamiento Knauf Performance+™, cumplen estrictos estándares de bajas emisiones y son seguros para las personas sensibles.

Estrategias adicionales para mejorar la IAQ en las escuelas:

  • Garantizar una ventilación adecuada, lo que incluye abrir las ventanas para una ventilación natural.
  • Mantener los sistemas de climatización.
  • Usar purificadores de aire en las aulas.
  • Reducir la humedad y el moho. Los humidificadores/deshumidificadores pueden mantener los niveles de humedad entre el ideal del 40% y el 50%.
  • Instalar detectores de monóxido de carbono y radón.
  • Reemplazar las alfombras por pisos de superficie dura, lo que facilita la limpieza. El piso debe trapearse o aspirarse en lugar de barrerse.
  • Usar productos de limpieza más saludables y almacenarlos correctamente.

Mejorar la IAQ en las escuelas no solo promueve una mejor salud, sino que también mejora los resultados académicos. Con estas estrategias, los profesionales de la construcción pueden crear entornos de aprendizaje más saludables que respalden el bienestar y el éxito académico de los estudiantes y del personal.

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